Una pausa en el camino




UNA PAUSA EN EL CAMINO

De los párpados para adentro
esta mañana
un largo tiempo,
también hojas de árboles llenas de viento.

De los párpados para dentro
un pozo de luz y silencio

Miro,
llegó por fin la mañana preñada
la mañana contemplación,
mi cuerpo entero mío y mi memoria
posados en mis manos
sobre mi piel como un arrullo,
te quiero.

Partes de mi yo que van y vienen
como los vencejos
volando sobre los tejados,
sin rumbo,
las alas preñadas de luz y viento.
Estar conmigo al cabo de la noche,
despertar a mi lado, escucharte;
está conmigo, dime,
acaso soñaste largos mechones rubios
como nubes cruzando el cielo
mi yo amado
mi yo vagando esta mañana
sobre el tiempo vivo
sobre un tiempo lejano.

Más allá,
mi cuerpo extendido,
como yerto sobre las sábanas,
se mira en el espejo de mis párpados,
cuerpo amado, te escucho
venas, sangre, tacto,
alguna brisa rozando gentil,
precioso instrumento con que sudar
y llenar de espliego el alma
con que explorar otros cuerpos,
precioso cuerpo mío
con que llenar la mañana
de entrañable poesía,
de besos más allá de mi mismo,
mi cuerpo,
yo mismo extendido a mi vera
escuchando en silencio el fluir de mi sangre
la respiración tranquila,
mi pecho suave vaivén de olas;
vida, te siento.

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